18 jul 2015

Las Manzanas - Agatha Christie


Escrita en 1969, esta historia constituye un caso de investigación policíaca que pretende descubrir las causas que desataron una serie de sucesos criminales. La cadena de acontecimientos llega a su cúspide cuando Joyce Reynolds es hallada muerta tras haber afirmado que había sido testigo de un asesinato tres años antes.

El homicidio de la joven Joyce atrae la atención de la escritora de moda Ariadne Oliver, quien asistió como invitada especial a la fiesta de la Víspera de Todos los Santos en que ocurrieron los hechos. Es así como Ariadne contrata los servicios del detective Hércules Poirot para desvelar las verdaderas razones que incitaron al asesino de Joyce a llevar a cabo tan brutal acto. Los resultados de la investigación revelarán la relación existente en la secuencia de asesinatos precedentes al de Joyce.

Mi puntuación:



Se avecina la Víspera de Todos los Santos y Ariadne Oliver participa de los preparativos preliminares al evento que tendrá lugar al día siguiente. La casa está concurrida por vecinos e invitados de todas las edades especialmente de pre-adolescentes como Joyce Reynolds.

Durante una de esas conversaciones sin trascendencia Joyce proclama haber presenciado un crimen tiempo atrás cuando ella era aún una niña, pero nadie da crédito a sus palabras ya que Joyce es bien conocida por su necesidad de atraer la atención a través de sus cuentos de sensacionalismo.

No obstante, la situación cambia de aspecto cuando la niña es encontrada muerta justo al finalizar la celebración para la que tanto se habían esmerado. Entretanto la escritora Ariadne Oliver se propone encontrar al culpable y en el proceso descubre que existe un extraño vínculo con otros acontecimientos similares cuyos perpetradores nunca fueron identificados. 

De esta forma se desarrolla la historia, exponiendo cada caso, entrevistando a los personajes implicados y reuniendo evidencias que conduzcan al responsable del asesinato de Joyce Reynolds.

Este es un argumento típico en la obra de Agatha Christie, y como es habitual, la escritora logra atrapar la atención del lector; ésta, como muchas otras de sus obras, induce al observador a indagar en un sinfín de posibilidades hasta dar con el homicida en cuestión. La autora exhorta al lector a efectuar un profundo análisis de cada personaje y a conjeturar sobre los motivos que cada uno de ellos podría albergar  para ejecutar hechos así.

A menos que el lector realmente  disfrute de emprender una búsqueda exhaustiva a través de la lectura, es factible caer en el tedio con este tipo de obras, pues en ocasiones, como sucede en las investigaciones reales, los hallazgos encontrados conducen a un callejón sin salida que hace necesario comenzar las pesquisas nuevamente. 

Frecuentemente las mismas escenas se suceden una y otra vez, al punto de volverse tan repetitivas que la narración cae en un círculo vicioso. A mi juicio la expectativa es el factor determinante que mantiene al lector enganchado a la trama hasta el final; pero como todo, ésta debe venir en la dosis razonable para no superar la capacidad de expectación del lector. 




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