28 ago 2015

Juntos (1) - Ally Condie



Publicada en 2010, Juntos es la primera parte de la trilogía que cuenta la historia del triángulo amoroso de Cassia, Xander y Ky. La novela está ambientada en una distopía futurista en la que la Sociedad es la Autoridad Suprema y dicta cada aspecto de la vida de sus habitantes, desde el atuendo que deben llevar puesto, una dieta personalizada, el campo laboral al que deben dedicar su tiempo, la pareja que cada ciudadano tendrá por el resto de su vida,  hasta la fecha y circunstancias en que cada individuo debe morir.

Cassia Reyes, la protagonista de la serie, ha llegado a sus 17 años, edad en la que debe prometerse a un chico elegido por la Sociedad. Esta elección se lleva acabo basándose en las características físicas compatibles entre ambos sujetos para constituir parejas con intereses de reproducción, de esta forma engendrar los mejores ejemplares humanos y con ello perpetuar la raza.
Mi puntuación:
Todo marcha estupendamente, Cassia llega al paroxismo de la emoción cuando ve el rostro de su mejor amigo, en la pantalla gigante durante su banquete de emparejamiento, pues Xander es un chico con todas las virtudes al que una joven puede aspirar.

No obstante, su vida se desestabiliza cuando ella intenta acceder a la información personal de Xander a través de una microficha que los oficiales de la Sociedad le entregan durante la ceremonia del banquete, y en su lugar aparece la fotografía de Ky Markham. Este suceso produce que Cassia se cuestione sobre lo imparcialidad del dictamen expedido por la Sociedad. A partir de entonces Cassia fijará su atención en Ky, intentará conocerlo mejor y descifrar su particular personalidad. Ky ocupa un lugar ambiguo en la jerarquía social, que no sabemos en qué consiste (al menos en el primer libro) ni qué circunstancias lo convirtieron en tal.

El triángulo amoroso entre los protagonistas constituye el argumento central de la obra, que en mi opinión no tiene mucho de especial. Lo que sí resulta interesante, desde mi punto de vista, es la distopía en que se desarrolla la historia; ésta tiene algunas ventajas a mi parecer, veamos:

  • Un grupo de trabajadores se encarga de preparar las comidas diarias con el aporte calórico y vitamínico diseñado a medida para cada comensal, y enviado a su domicilio, humeante y servido en un contenedor de aluminio.
  • Adicionalmente, a cada ciudadano se le suministra una cajita que contiene tres clases de pastillas, unas verdes, otras azules y otras rojas. Cada una está diseñada para suplir una necesidad diferente.
  • Por otro lado, debido a la vigilancia permanente por parte de los Oficiales de la Sociedad y las reglas impuestas por ésta, el índice de criminalidad es mucho más bajo.
  • No existen divisiones por clases sociales que diferencien a las personas, excepción hecha por los aberrantes que representan un porcentaje menor.
  • El edicto que decreta que los ciudadanos deben morir a los 80 años también tiene su lado positivo en mi opinión, puesto que es la edad en que la Sociedad estatifica que un ser humano todavía cuenta con una calidad de vida, ya que en términos generales se han erradicado las enfermedades terminales, siendo el objetivo principal que el individuo no padezca los sufrimientos de una dolencia física antes de su muerte. Se presume pues, que rebasado este punto el paciente ya no estará en condiciones para seguir llevando una vida digna y es menester que sobrevenga la muerte. De igual modo, se busca que el sujeto experimente su muerte en su hogar, en compañía de su familia y amigos, en lugar de padecerlo en solitario o en un lugar inhóspito.
El lado perverso de esta medida, sin embargo, es que en vez de permitir al paciente solicitar libremente la eutanasia, éste es obligado a consumir una cena previamente envenenada el día de su octogésimo cumpleaños, lo que por ende convierte el método en un homicidio.

Otra medida extrema, aunque en menor escala, constituye el hecho de que a ellos se les prohibe tener entre sus posesiones lo que se denomina como Artefactos, es decir, pequeños souvenirs que todos conservamos porque nos trae buenos recuerdos.

Ahora bien, creo que la mayor pérdida en esta distopía constituye la falta de libertad para crear; estos sujetos deben reprimir todo impulso de generar un contenido original, convirtiéndose en un acto ilegal componer poemas o tan siquiera leerlos, así como se incurriría igualmente en una infracción disciplinaria contra el sistema el mero ejercicio de escribir a mano; pues sólo están autorizados a digitar en un teclado.

Debo decir que he leído muchas críticas negativas acerca de este libro, al parecer no tuvo mucha aceptación por parte de los lectores en general; no sé si quizá por ello yo no esperaba mucho de esta lectura; no obstante, no me decepcionó en realidad. Aparte de la historia de amor que aunque tuvo sus momentos románticos creo que pasa sin pena ni gloria, sí encontré la distopía bastante interesante, y creo que es eso justamente lo que me llevará a leer la segunda parte del libro. Por otro lado deseo saber qué sucede con Ky y qué hizo su padre que le convierte en alguien singular.

Caminos Cruzados




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