Publicada en 2007. Luego de la fuga de la Alemania
Nazi, la familia Schwart hace su travesía por el Atlántico hacia el territorio
Americano. Y es durante esta expedición que viene al mundo Rebecca
Schwart, una criatura que llega a la
familia no como la alegría de un nuevo vástago sino como la gota que rebasa la
copa de dificultades en que se encuentra sumergido este grupo de judíos que
ambiciona convertirse en inmigrantes de los Estados Unidos.
Llegados al nuevo continente, el padre, un antiguo
profesor de instituto es obligado por las circunstancias a tomar la posición de
sepulturero del pueblo, debiendo mudar a toda su familia a una casucha
construida en piedra dentro de los dominios del cementerio.
Este drástico cambio de vida, la nueva cultura a la
que deben enfrentarse, la pobreza extrema y la discriminación por parte de los
habitantes locales, consiguen que la familia se hunda en la desesperación y la
hostilidad. Induciendo a sus miembros a tomar medidas extremas para poder subsistir en un país extranjero.
En consecuencia, Rebecca lejos de ser la niña mimada de sus padres y
hermanos, crece en un ambiente adverso y lleno de carencias y de desamor, experimentando una de las
peores tragedias al que un ser humano puede soportar; la pérdida de un ser querido en las circunstancias
más atroces. Y obligada a huir de su casa vive sus años de adolescencia bajo
la tutela de su maestra de escuela, quien la acoge bajo su techo hasta
cuando Rebecca decide marcharse para emprender una nueva etapa en solitario.
Su vida adulta no es mejor y se desarrolla en un
mar de vicisitudes que le ocasiona el hombre de quien se enamora, sometiéndola a
la incertidumbre, la humillación y la frialdad. Rebecca emprende entonces una
lucha por alcanzar la libertad asumiendo una nueva identidad y una existencia que la conducirá por nuevos derroteros que no había imaginado hasta entonces.
Una narración extensa que cuenta con prolíferos
detalles los antecedentes y vida de la protagonista, de una manera harto cruda
y gráfica. Aquí no hay color rosa ni escenas de amor conmovedoras, pues la
ternura y la candidez rara vez hacen aparición en este relato. Las escenas
conmueven por su excesivo realismo, por el sufrimiento intenso y ante todo por
el desamor que varios de sus personajes profesan hacia la protagonista.
La portada del libro es un poco confusa, ya que, en
mi opinión, ésta no encaja de manera precisa con el personaje central de la obra. De
hecho creo que refleja a un personaje que en nada se asemeja a Rebecca. En
ella vemos a una niña bien cuidada y de buenas ropas que parece disfrutar del
cariño y protección de sus padres, sólo para encontrarnos en la lectura con una
víctima de abusos intrafamiliar y traumatizada por hechos totalmente adversos
que no hacen justicia a la imagén que se intenta proyectar en la fotografía de la
cubierta.
El argumento en sí es bastante interesante y nos
revela datos de la huida de los judíos a comienzos del siglo XX y la realidad a
la que debían hacer frente una vez arribaban al continente Americano. La escritora
no hace ningún esfuerzo por suavizar o minimizar las escenas trágicas de la
obra, más bien muestra una clara tendencia a exponer la gravedad de los
hechos en toda su extensión, es decir, en su estilo no tienen cabida la sensiblería y la
cursilería que suelen adornar las obras literarias, y que erróneamente espera el lector encontrar después de apreciar la tapa del libro. Y no es que me escandalice
que la autora llame las cosas por su nombre, es simplemente que ésta
constituye una prosa menos frecuente y ciertamente inesperada a juzgar por la introducción del libro.
El aspecto en que para mí flaquea la obra es en la
extensión de cada escena, éste es sin duda un libro largo (más de 600 páginas),
y por tal motivo, con regular frecuencia, la obra cae en un punto muerto donde
se produce un estancamiento que impide que la obra fluya con una cadencia proporcionada,
dejando al lector a merced del aburrimiento y el tedio. Dejé la lectura en varias ocasiones, hasta el punto de pensar que no la iba a concluir. Creo que la obra pudo haber
sido más concisa y ligera, esto habría logrado enganchar un mayor número de
lectores.
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