18 jul 2016

Minoría absoluta y otros relatos – Lucas Claudín Di Fidio

Publicado en 2016. Recopilación de relatos cortos que recrean las situaciones más cotidianas y absurdas que se presentan en cualquier forma de gobierno. El escritor introduce una serie de situaciones tragicómicas a manera de disconformidad social en la que nos hace ver el lado ridículo de muchos de los estatutos vigentes que pululan en nuestro gobierno, exhortándonos a la reflexión y a la consideración de tantas normas legales en términos de  lógica y eficacia.

La protesta sutil que hay detrás de cada cuento espolea nuestro sentido común induciéndonos a cuestionar el sinfín de reglamentos que debemos cumplir, mientras que  algunos conciudadanos más astutos saben cómo pasar por alto y hasta beneficiarse sin que el populacho llegue siquiera a intuirlo.

Mi puntuación:


El libro está conformado por 16 relatos en total, entre ellos:

Minoría Absoluta

Tenemos a un diputado recién estrenado en el mundillo de la política y bien dispuesto a desempeñar su trabajo de la manera en la que él piensa que su equipo espera de él, no obstante se encuentra con que en las reuniones de la cámara todos están tan distraídos y despreocupados que nadie pone atención a nadie. Él por su parte prepara sus discursos con ahínco mientras la audiencia se reduce con el pasar de los días para posteriormente tomar decisiones que todos aprueban sin objetar. Pero la ausencia de conflictos ha dejado insatisfecho a nuestro entusiasta protagonista y quiso transformar la sesión en un juego de roles que él alternaba para al menos contar con una oposición, aunque fuera el mismo.

Creo que el relato pretende mostrarnos cómo el pueblo paralizado por una indolencia apabullante está dispuesto a aceptar cualquier cosa por irracional que sea siempre y cuando se le mantenga sumido en el letargo de la indiferencia. Para este fin nada tan eficiente como un buen partido de fútbol o un reinado de belleza que embauque al espectador anestesiándolo al grado de que no le importe lo que sucede en su país. En un primer vistazo el relato parece jocoso, pero después de la risa tonta viene la ponderación y es ahí donde se puede observar que la situación no es tan ajena como habíamos juzgado con ingenuidad.

Creo que la desidia nos ha ganado a muchos porque preferimos dejar que los demás gobiernen y tomen las decisiones por nosotros en lugar de adoptar iniciativas propias considerando que las leyes nos afectan directamente y por ende constituye también asunto nuestro. Para la mayoría resulta mucho más cómodo arrellanarse en la poltrona con actitud apática entretanto otros vivarachos aprovechan la ocasión.

Esta característica se ve asimismo reflejada en el relato El Mejor Pañuelo del Mundo en que un joven vendedor es entrenado para que lleve a cabo la venta de un producto de pésima calidad, convenciendo al comprador de que en realidad se trata de una espléndida adquisición. Una vez más, no es la sensatez de las medidas ni los beneficios que se puedan obtener de ellas sino el grado de convicción al que se pueda inducir a un pueblo para que apruebe lo que se le impone sin llegar a inquirir por qué lo hacen. Al final todos felices y sonrientes...

Todo en el mundo adquiere la personalidad que le otorguemos, tal como sucedió en Amores Cibernéticos. Tobías, nuestro personaje, conoce a una mujer cuando navegaba en Internet que se enamora locamente de él así sin más. Él empeñado en ver sólo lo que quería ver se convirtió en  presa fácil de extorsión, pues le era más fácil aceptar sus pretextos que enfrentar la realidad de un profundo desengaño.

Y así… historias como Fecha de Caducidad que muestran cuan ortodoxos pueden llegar a ser algunos gobiernos pero cuyos ciudadanos están tan habituados a ellos que no sólo no harán nada al respecto sino que de hecho se las apañan muy bien en las condiciones actuales. Emerger de la zona de confort implica la directa confrontación con la crisis que la gran mayoría no está dispuesta a tolerar, por ende permaneceremos sumergidos en la calidez del lodo fecal, que ya no apesta por la costumbre y la conformidad, y que descaradamente llega uno inclusive a sentirse a gusto.

Otro relato que ha llamado mi atención es Dimisión Irrevocable. Rubén quiso unirse al partido comunista con el fin de provocar una revolución, siendo convocado a diario para realizar alguna actividad pero el golpe jamás se concretaba. Esto me hizo recordar las largas sesiones laborales cuyos objetivos son tan optimistas como ficticios y a pesar del largo tiempo invertido nunca se llega a una resolución contundente una vez finalizada la reunión.

Gracias por compartir tu libro conmigo Lucas.

5 comentarios:

  1. Hola
    Parece que el libro está muy bien aunque a mi no me llama mucho porque no es mi estilo,pero me alegro de que lo disfrutarás.
    Un saludo

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    1. Hola Alicia, la verdad es que el libro resultó mejor de lo que esperaba.
      Saludos

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  2. En primer lugar, agradecerte el haberlo leído, y luego el haberte tomado la molestia de escribir una reseña. Veo que eres una lectora atenta que sabe ver más allá, y no te quedas en la superficie. A mi entender la literatura cumple una doble función: por una parte entretiene y por otra hace pensar. Y el humor, además de ser un excelente paliativo para el alma, es un arma muy poderosa porque te permite hacer crítica social, muchas veces sin que se note, al tiempo que haces reír. El mensaje que pretendo transmitir es efectivamente el que tú dices, pero también intento enseñarle a la gente a saber reírse de todo, empezando por uno mismo. Si no nos tomáramos tan en serio seguramente tendríamos la mitad del problema resuelto.
    Algunos autores consideran el humor como un ingrediente más de sus obras, que pueden usar o no. Yo lo considero un género en sí mismo. No olvidemos que el poder, el político, económico, religioso, mediático o del tipo que sea, no suele tener precisamente mucho sentido del humor. Necesitan que se les tome en serio para poder imponer sus preceptos y sus intereses. La ironía, la parodia, son un simpático e incruento medio de combatirlo.
    Me alegro de que te hayan gustado y espero que te hayas divertido leyéndolos tanto como yo escribiéndolos. Sé que habrá gente a la que no les hayan hecho ninguna gracia, pero como decía Woody Allen: “No conozco la clave del éxito, pero la clave del fracaso es intentar complacer a todo el mundo”.
    Gracias de nuevo y suerte con tu blog.

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    1. Hola Lucas, gracias por pasarte. Disfruté mucho leyendo tu libro; la comicidad y la reflexión son las contrapartes que permiten el balance para hacer cara a nuestra cotidianidad, que con frecuencia no es la ideal.
      Te seguiré leyendo ;)

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  3. Gracias a ti por dedicar parte de tu tiempo. Un saludo.

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